Con el único fin de mantener una distancia, de salvaguardar quizás una hegemonía activa sobre lo sensible del patrimonio cultural cubano, fue inaugurada la Segunda Edición del Salón de Adquisición Arturo Regueiro 2014.
La realidad vuelve a propinarnos una nueva lección. Disfrutamos de nuevo y con fascinación siempre creciente la presencia de 16 obras de artistas que han apostado por la solidez del arte de las imágenes.
Ha transcurrido un año desde la celebración de su primera edición, aún lo seguimos catalogando como una utopía, sea utópico pues, pero que sea la oportunidad para la protección y conservación de nuestra riqueza cultural.
Sirva esta ocasión para la confrontación de realidades diversas, así como
Con el único fin de mantener una distancia, de salvaguardar quizás una hegemonía activa sobre lo sensible del patrimonio cultural cubano, fue inaugurada la Segunda Edición del Salón de Adquisición Arturo Regueiro 2014.
La realidad vuelve a propinarnos una nueva lección. Disfrutamos de nuevo y con fascinación siempre creciente la presencia de 16 obras de artistas que han apostado por la solidez del arte de las imágenes.
Ha transcurrido un año desde la celebración de su primera edición, aún lo seguimos catalogando como una utopía, sea utópico pues, pero que sea la oportunidad para la protección y conservación de nuestra riqueza cultural.
Sirva esta ocasión para la confrontación de realidades diversas, así como tomar conciencia de nuestra responsabilidad ante el coleccionismo institucional como actores dinámicos en el campo de la promoción de la cultura visual vueltabajera.
En este sentido, proponemos a las instituciones culturales del territorio, incentivar el coleccionismo como vía imprescindible para la protección y enriquecimiento de nuestra memoria cultural, con el propósito de participar en la conformación de miradas críticas sobre la realidad del nuevo arte cubano.
Centremos la mirada en las futuras generaciones de pinareños, modelados por la apreciación del buen arte y sueños colectivos, genuinos y diferentes. Hagamos de ésta una razón que responda a la emergencia de nuestros días, convoquemos al talento joven y más consagrado a participar desde la visibilidad de su creación, en la confrontación con proyectos flexibles que dialoguen con la nueva realidad social cubana.
Nuestro reto mayor, es materializar esta utopía a partir de la construcción de propuestas concretas que permitan desarrollar realmente las artes visuales en nuestra provincia. La memoria del arte pinareño depende de la conciencia social contemporánea, valorando el arte con sentimientos de renovación, de búsqueda de lo nuevo, de exploración de la modernidad.
Nuestra intención es llevar a vías de hecho, junto a ustedes y la comunidad artística, este sueño y elaborar estrategias de colecciones concretas que permitan desarrollar realmente las artes visuales en Pinar del Río.
Ahora que llegamos a nuestro primer aniversario, es bueno preguntarnos sobre el sentido de la historia cultural, sobre los empeños por hacer de las instituciones una escuela y no una plaza vacía de sentimientos, arte y cultura; la protección y conservación del patrimonio cultural va más allá, de discursos, limitaciones materiales y de los objetos que guardamos.
La mejor manera de hacer visible en el futuro la vanguardia visual de estos tiempos, es construyendo patrimonio, como muestra de la existencia del hombre y la cultura. Liberemos nuestras memorias de las remembranzas nostálgicas del pasado; construyamos juntos el futuro que es la manera más justa de ser útil a la humanidad.
No demoremos el coleccionismo institucional, incorporémoslo como una misión esencial y hagamos de las artes plásticas una mejor guía para la existencia, poniendo al servicio de la mayoría su belleza y virtud.
Por el MSc. Heriberto Acanda Ramos.
Tomado de Pinarte