Una exquisita jornada por la cultura cubana hemos vivido del 10 al 20 de Octubre. En este difícil año, cuando el sector de la cultura, como parte de la sociedad, no escapa a los tristes embates de una mortífera pandemia. Muchos hombres y mujeres que engrandecían el arte cubano nos han dejado para cumplir con otros deberes del ministerio natural; a ellos, también nuestros honores. Honores para un día en el que todo cubano tiene motivos para festejar. Una celebración llena de identidad, de tradición y mucha cubanía, así trascendió en toda la isla y claro, que Vueltabajo no escapó.
Todas las artes han expuesto, en estas jornadas de celebración sus mejores lauros. Música, danza, artes plásticas y escénicas, además de la literatura, han hecho por estos días su gran fiesta, para recordarnos que el arte tiene un poder sanador. Todos los artistas de esta occidental urbe aguardan con gran deseo el momento del regreso a esos escenarios, donde reciben los mejores aplausos y han vivido los más difíciles momentos.
Artistas que asumen saberse servidores, que enarbolan con dignidad la verdadera vocación de un artista: deberse a su pueblo y a su obra.
Es tanta la grandeza y el poder del arte, que un día o una jornada no alcanza para homenajes; es tanto lo ofrecido y lo que hay por ofrecer que una vida no alcanza para disfrutar la riqueza artística y espiritual de esta tierra, la cual junto a sus artistas quiere sanar y sonreír, PORQUE SOMOS CULTURA DE OCTUBRE A OCTUBRE.