Cada 23 de abril se celebra el Día del Idioma, en homenaje al escritor español Miguel de Cervantes, autor del eterno Don Quijote de la Mancha, considerada la primera novela moderna. Y, no menos importante, es recordado otro genio de las letras, William Shakespeare quien dejara como regalo la más hermosa historia de amor, Romeo y Julieta.
Ambos, son creadores de obras de la literatura universal que trascienden en el tiempo. Superaron los prejuicios de una sociedad que imponían modos y estilos de vida que fueron convertidos en contenido de sus grandes novelas e inolvidables obras teatrales; sin dejar de reconocer, los aportes que dejaron al idioma.
Hoy, más que nunca, se hace necesario contribuir a enaltecer el uso correcto del idioma lo cual, garantiza a su vez, una fluida y adecuada comunicación. Así como, la defensa y el fortalecimiento del hábito de la lectura como fuente inagotable de sabiduría.
Cuando las condiciones del contexto actual nos impiden la visita a bibliotecas, librerías, tertulias literarias y otras instituciones del libro, podemos aprovechar la lectura en casa como una de las actividades más amenas y favorecedoras para nuestro desarrollo cultural.
Compartir en familia las experiencias de una buena historia leída, el criterio sobre un personaje o su autor, el descubrimiento de nuevas palabras, permitirá abrir nuestros horizontes, entender mejor nuestro presente y sobre todo, garantizar que nuestro hogar se convierta en el mejor de los centros culturales para la familia.
Una forma para defender el idioma de lo ajeno a lo nuestro.