Caminando por las arterias principales de la ciudad, llama mi atención el público que reverbera en la extensa fila a la entrada del Teatro Milanés, incluso del recién estrenado Cineteatro Praga.
El primer teatro de Vueltabajo abrió sus puertas de madera en 1838. Su inmueble estuvo situado en la calle Martí, donde, aproximadamente, se ubica hoy el Teatro Saidén. Pero esa fue solo una instalación provisional puesto que en 1845, los señores Viñas y Gener inauguraron un nuevo local de tablas y tejas que sería su sede definitiva. El Lope de Vega -como se llamó- sirvió de espacio no solo para
Caminando por las arterias principales de la ciudad, llama mi atención el público que reverbera en la extensa fila a la entrada del Teatro Milanés, incluso del recién estrenado Cineteatro Praga.
El primer teatro de Vueltabajo abrió sus puertas de madera en 1838. Su inmueble estuvo situado en la calle Martí, donde, aproximadamente, se ubica hoy el Teatro Saidén. Pero esa fue solo una instalación provisional puesto que en 1845, los señores Viñas y Gener inauguraron un nuevo local de tablas y tejas que sería su sede definitiva. El Lope de Vega -como se llamó- sirvió de espacio no solo para representaciones teatrales de compañías de todo el país sino también para veladas, reuniones y programa de variedades.
En 1880 pasó a manos del Lic. Félix del Pino, quien financió el estado constructivo de la edificación, cambiando las paredes de tabla por mampostería y otorgándole además función de salón de baile.
Durante la guerra de independencia sirvió incluso como cuartel de la guarnición española. Y no es hasta 1898, durante un acto homenaje al Ejército Mambí, que toma el nombre de Teatro Milanés en honor al poeta y dramaturgo matancero José Jacinto Milanés.
A partir de la fecha la edificación vivió nuevas etapas constructivas. En 1922, el pintor español residente en Pinar del Río, Ramón Mijares tuvo a su cargo la decoración interior del local, engalanando la institución con pinturas que cubrían el techo y otras secciones.
El Milanés puso su escenario al servicio de la cultura pinareña. En el local fueron representados todos los géneros del arte histriónico: opereta, bufo, zarzuela, óperas, dramas y han desfilado por él, decenas de afamadas compañías y artistas nacionales y extranjeros. Más tarde, con el surgimiento del séptimo arte, sus salas alternaron las puestas teatrales con las proyecciones fílmicas.
Sus puertas cerraron poco después del Triunfo de la Revolución, por su deplorable estado constructivo, he inició un lento proceso de restauración que duró primero una década -fue el momento donde se le agrega el patio que lo separa del Museo de Historia, con las edificaciones al fondo del mismo; luego, un segundo momento de remodelación, que se extendió por casi 20 años.
Pero el Milanés no fue el único teatro que tributó a la cultura vueltavajera. En 1905 nació el teatro Dollz en Martí entre Gerardo Medina e Isabel Rubio, que fue desplazado por el imponente Milanés luego de su restauración, por lo que se convirtió en una café restaurante y luego, en comercios de diferentes tipos.
También se hace necesario citar al teatro Aída, actual cine Praga, que se inauguraba el 9 de abril de 1939 con el estreno del filme el Conde de Montecristo. Y fue por muchos años el preferido del público pinareño, con una arquitectura art decó vistosísima que dio paso, por caprichos de los proyectistas, a un estilo moderno sin alardes.
El 25 de diciembre de 1948, otro teatro, esta vez el Riesgo, actual Pedro Saidén, cuyo nacimiento se consideró una obra magna de occidente a cargo del arquitecto Rogelio Pérez Cubillas. Por él han pasado figuras de fama internacional como Alicia Alonso, la Opera de Pekín, la Orquesta Sinfónica Nacional.
Si bien en sus prolongados periodos de restauración, cada teatro ha permanecido dormido y en sus salas rondan los fantasmas del intenso pasado cultural que vivieron durante sus años de oro; han sobrevivido al tiempo pese a las transformaciones arquitectónicas y funcionales, y hoy, aún nos ofrecen lo mejor del bagaje cultural de esta nación. Por eso el público pinareño los valora siempre como opción cuando se trata de planificar su tiempo libre.