Funge como institución cultural pero no lo es y, ante la ausencia de locales de este tipo por mal estado constructivo, emerge como panacea de una programación artística ávida de espacios en San Juan y Martínez.
La Casa del Artesano, hoy céntrica residencia del autodidacta Fernando
Funge como institución cultural pero no lo es y, ante la ausencia de locales de este tipo por mal estado constructivo, emerge como panacea de una programación artística ávida de espacios en San Juan y Martínez.
La Casa del Artesano, hoy céntrica residencia del autodidacta Fernando Ruiz González, mañana quizás un proyecto socio-comunitario o de desarrollo local, acoge por estos días a pequeños y adultos, artistas y aficionados en una especie de cobija del arte.
Una pequeña galería adentra al visitante al mundo de las manualidades con cuero, defendido por Ruiz González hace más de dos décadas. “Acá muestro parte de mi trabajo, pero ya es la sala de exhibición donde todos los creadores pueden exponer sus obras”, explicó.
Más allá, en un luminoso y aireado patio interior, algunos aficionados ensayan para la actuación de la noche, otros realizan ejercicios vocales. “El hogar de Fernando es la Casa de Cultura por aquí”, detalla un grupo.
Ya en la espaciosa plazoleta al aire libre, el trío Tempo de Luz, una interesante propuesta de un conjunto instrumental de pequeño formato entona Yesterday de Lennon; al rato, una cantante del teatro lírico demuestra que hasta en diversos parajes hay valores innatos; mientras, en el colofón de la sesión vespertina, un conjunto sugerente de música tradicional integrado por aficionados estrena el nombre Son Vegueros.
“Ante la inexistencia de centros para tales eventos, en este lugar aprovechamos las posibilidades del talento local y brindamos una programación variada y sana”, explica el ferviente defensor de la cultura, Luis Pérez, uno de los gestores de la iniciativa.
Las acciones en el recinto comenzaron con la Feria del Libro 2014; con el tiempo, sus principales protagonistas potenciaron actividades caracterizadas con el apoyo de la Dirección Municipal de Cultura como tertulias literarias, descargas musicales y noches para los géneros tradicionales.
Según dieron a conocer directivos municipales, existe la tramitación para otorgarle al espacio la categoría de proyecto de desarrollo local con perspectivas de integración en la futura Ruta del Tabaco.
En la espera de ello, el punto de partida sugiere buenos augurios. Fernando, quien tiene mucho de artesano y suficiente como promotor –si la ocasión lo exige hasta de Dj funciona–, recibe en su casa a todos. “Este es un sueño de años, las puertas están abiertas siempre al arte, qué otra cosa podría hacer con tanto patio”, dice entre risas
Escrito por Mayra García Cardentey